jueves, 24 de febrero de 2011

Mey ZAMORA. Dulce Hogar. Un retorno a lo esencial



Hay ciertos pasajes del libro de Mey Zamora que sirven de clave para entender toda la obra: aquellos en que aconseja intercambiar información doméstica con las amigas, compartir experiencias, pedir consejo. En realidad ¿qué es todo este encantador librito sino precisamente eso? Su planteamiento es el de una charla amistosa, de esas que las mujeres suelen mantener cuando coinciden en el supermercado, el parque, la peluquería, el autobús, el café de la esquina, el gimnasio. Conversaciones que nosotros, los hombres, tendemos a ridiculizar por parecernos insustanciales. Ahora que leo a Zamora, sin embargo, caigo en la cuenta de la sabiduría que entrañan, de la multitud de brillos y matices que encierra el hogar como tema de conversación. ¡Es el microcosmos donde todo lo humano se gesta, se cuece y se alumbra!



El hogar como tema, además, se distingue de cualquier otra charla profesional en un punto: el objeto de esta conversación –el hogar– se realiza y se amplía por el hecho mismo de tratarlo. Hablar de hogar crea hogar. Compartir nuestras experiencias sobre hospitalidad ya es un acto de hospitalidad. Y así, cuando varias amas de casa platican sobre lo suyo instauran un vecindario cultural y espiritual, en el cual cada una entra, en cierto modo, en el hogar de la otra. Más aún, unas familias se abren a otras, con todo el beneficio que ello supone para la cohesión social y la cultura.


En definitiva, un libro repleto de pensamiento artesanal e intuiciones luminosas, útiles para todos los ámbitos profesionales. Chapeu!


ZAMORA, Mey, Dulce hogar. Un retorno a lo esencial, Plataforma editorial, Barcelona 2009

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